En un mundo al revés, en el que ser sosegado y educado se considera un signo de debilidad evidente, en el que se tiene en mayor estima a los que ladran que a los que expresan educadamente su opinión, abrirse un espacio para analizar, sin histerias ni superestructuras, la realidad polifacética y compleja que nos rodea, es una tarea cada vez más difícil.
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Impasibles
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En un mundo al revés, en el que ser sosegado y educado se considera un signo de debilidad evidente, en el que se tiene en mayor estima a los que ladran que a los que expresan educadamente su opinión, abrirse un espacio para analizar, sin histerias ni superestructuras, la realidad polifacética y compleja que nos rodea, es una tarea cada vez más difícil.