REFLEXIONES SOBRE EL "FIN OFICIAL DE LA FARSA COVID"
Parece que después de más de tres años, la OMS - o más bien quienes mueven los hilos y dan las órdenes a esta organización - ha decidido poner fin a la emergencia sanitaria internacional.
Muchos están celebrándolo. ¿Tenemos motivos para celebrar?
No, no los tenemos.
El experimento, ya que de eso se ha tratado, ha funcionado a la perfección. Las "sociedades liberales del mundo libre occidental" han demostrado que casi todos sus ciudadanos carecen de espíritu crítico. Hemos visto cómo, utilizando el arma del miedo, nuestros familiares, amigos y vecinos han sido convertidos en fanáticos seguidores del culto totalitario covidiano.
Utilizo la forma verbal "han sido" en lugar de "fueron", porque esto no ha terminado.
Los mismos que nos desearon la muerte por no llevar un trapo inútil y asqueroso en la cara volverán a hacerlo cuando se les ordene, con cualquier excusa. La vecina que llamó a la policía cuando nos vio salir durante el confinamiento, volverá a hacerlo cuando nos vea regando las plantas de nuestro balcón.
Todo esto es muy triste, pero lo más triste es ver cómo la pequeña parte "despierta" de la sociedad sigue confundida, distraída y desorganizada.
Nos encanta seguir a charlatanes. Nos encantan sus distracciones. No somos capaces de centrarnos en lo fundamental y, salvo poquísimos ejemplos de movimientos ciudadanos (por ejemplo nuestros amigos canarios), nos limitamos a compartir cualquier tontería en Telegram. No salimos a la calle a protestar y buscamos cualquier excusa para justificar nuestra pasividad.
Comparar los movimientos de protesta ciudadana nacidos en los últimos años en los países vecinos con la casi inexistencia de estos en España es muy doloroso.
Yo no soy español y quizás por eso me resulta difícil entender lo que realmente está pasando en este país.
España me duele tanto que a veces me pregunto por qué sigo con esto.
Escrito por Counterpropaganda