Reflexiones del día 1 de mayo
Queridos Counterpropagandistas,
Muchos podrían pensar que estamos obsesionados por la horrible distopía que comenzó en marzo de 2020 y quizá sea cierto.
Os contaré un poco de mi experiencia personal.
Cuando empezó la tormenta de mierda, mi señora y yo acabábamos de mudarnos a la comunidad de Madrid y estábamos muy ilusionados con nuestra nueva vida en España. Ni siquiera tuvimos tiempo de aclimatarnos del todo y de repente todo se convirtió en una pesadilla. Arresto domiciliario durante 3 meses en un piso pequeño y sin luz con todos los vecinos aplaudiendo como monos descerebrados, luego bozales por todas partes y todo lo que siguió.
Fue un golpe que destruyó nuestros sueños y nuestros planes. Tuvimos que replantearnos las cosas por completo, nos trasladamos a una localidad remota, lejos de la gente, y pasamos los dos años siguientes sin casi salir de la aldea. Era muy penoso salir y ver en qué se había convertido el mundo.
Personalmente, pasé alrededor de dos años completamente centrado, día y noche, en tratar de difundir la verdad sobre el golpe de estado mundial que había ocurrido, ojalá con algún buen resultado. Nunca lo sabremos.
La cuestión es que dejé de hacer cualquier cosa que me causara felicidad. Dejé de ver películas, de leer libros, de escuchar música. Todo me recordaba a un mundo sin bozales. Los buenos viejos tiempos que probablemente nunca volverían.
Han pasado ya cuatro años desde aquel funesto marzo de 2020. Algunas cosas nunca volverán a ser lo mismo, pero de alguna manera he aprendido a sobrellevarlo sin obsesionarme. He vuelto a hacer cosas que me gustan y, en cierto modo, he recuperado la esperanza en el futuro.
Sé que no fui el único que pasó por una experiencia tan traumática y observo que mucha gente sigue estancada en el punto en el que yo estaba hace dos años, pasando todo el tiempo en Telegram y difundiendo noticias sobre cómo los malnacidos planean destruir nuestras vidas.
Por eso, hoy, día 1 de mayo de 2024, me gustaría compartir una canción con todos vosotros. Es de un cantautor ecuatoriano no muy conocido y las letras son pura poesía.
¡Feliz Mayo!
Escrito por Counterpropaganda