Los medios de comunicación y la mentira sin verdad - Giorgio Agamben
Existen diferentes clases de mentiras. La más común es la de quienes, aun sabiendo o creyendo saber cómo son las cosas, por alguna razón dicen a sabiendas lo contrario o niegan siquiera parcialmente lo que saben que es cierto. Es lo que ocurre en el perjurio, que por eso se castiga como delito, pero también de forma más inocente cada vez que tenemos que justificarnos por un comportamiento que se nos reprocha.
La mentira que nos acompaña desde hace casi tres años no adopta esta forma. Es más bien la mentira de quien ha perdido la distinción entre las palabras y las cosas, entre las noticias y los hechos, y por tanto ya no puede saber si miente, porque para él ha desaparecido todo criterio posible de verdad. Lo que dicen los medios de comunicación no es verdad porque corresponda a la realidad, sino porque su discurso ha sustituido a la realidad.
La correspondencia entre el lenguaje y el mundo, en la que antaño se basaba la verdad, sencillamente ya no es posible, porque ambos se han convertido en uno, el lenguaje es el mundo, la noticia es la realidad. Sólo esto puede explicar por qué la mentira no necesita revestirse de veracidad y no oculta en modo alguno lo que a quienes aún se adhieren al antiguo régimen de la verdad les parece una falsedad evidente.
Así, durante la pandemia, los medios de comunicación y los organismos oficiales nunca negaron que los datos de mortalidad que anunciaban se referían a los fallecidos que habían dado positivo en las pruebas, independientemente de la causa real de la muerte. A pesar de ello, esos datos evidentemente falsos se aceptaron como ciertos.
Del mismo modo, hoy nadie niega que Rusia ha conquistado y anexionado el veinte por ciento del territorio ucraniano, sin el cual la economía ucraniana no puede sobrevivir; y, sin embargo, las noticias sólo hablan de la victoria de Zelensky y de la inevitable derrota de Putin (en las noticias, la guerra es entre dos personas, no entre dos ejércitos).
La cuestión en este punto es cuánto puede durar una mentira así. Es probable que tarde o temprano simplemente se abandone, y se sustituya inmediatamente por una nueva mentira, y así sucesivamente - pero no indefinidamente, porque la realidad que ya no se quería ver acabará presentándose para exigir sus razones, aunque al precio de catástrofes y desastres nada insignificantes, que serán difíciles, si no imposibles, de evitar.
3 de julio de 2023 - Giorgio Agamben
Fuente:
https://www.quodlibet.it/giorgio-agamben-i-media-e-la-menzogna-senza-verita
Traducido por Counterpropaganda