Me resulta curioso que la gente no entienda que, a lo largo de la historia, los perpetradores del mal siempre se han esforzado por convencer a la población en general de que lo que hacen no es malo y, de hecho, es bueno para ellos.
No ha habido excepciones a esta regla a lo largo de la historia, al menos que yo sepa. No estoy diciendo que todos los líderes de la historia fueran malvados, pero los que lo fueron solían ser manipuladores.
Si la policia detiene a un hombre en la calle por cualquier razon que el gobierno quiera, se le dice a su familia que estaba violando la ley. Si hay una protesta pacífica de ciudadanos preocupados, que son golpeados y detenidos por protestar, se le dice al público en general que estaban destruyendo la propiedad, o tratando de derrocar al gobierno, y por lo tanto son una amenaza para el bienestar de todos (pensad en el convoy de camioneros en Canadá).
Los presos en una cárcel deben mantener el orden y la calma o perderán derechos y privilegios. Los ciudadanos de una comunidad deben hacer lo mismo. Si no haces ruido, seguirás siendo feliz. Si cierras los ojos y no te importa lo que ocurre a tu alrededor, no harás ruido.
Lo extraño, una vez más, es que la gente no conecte los puntos. No sólo se niegan a ver lo que tienen delante, sino que lo niegan con tanta vehemencia y convicción que acusan a cualquiera que intente iluminarles de conspiranoicos, agitadores, locos o cosas peores.
Dado que, como sociedad humana, hemos experimentado este fenómeno tan a menudo, ¿por qué, como masa, caemos siempre en la trampa? "Engáñame una vez, culpa tuya, engáñame dos veces, culpa mía". Nietzsche tenía algo que decir sobre esto, pero me faltan conocimientos sobre Nietzsche para decir más... algo sobre el deseo innato de la gente de ser esclavizada.
A menudo pienso en el puñado de personas que en la Alemania nazi de mediados de los años 20 y principios de los 30, antes de que Hitler y el nacionalsocialismo se hicieran con el control del país, vieron claramente que se acercaba la marea negra. En aquella época era aún menos obvio que un pequeño bocazas austriaco como Hitler gobernaría un día con puño de hierro asesino.
Pero este puñado de personas sabía inequívocamente lo que estaba a punto de pasarles por encima. Si tú hubieras sido uno de ellos y hubieras mirado, aunque sólo fuera superficialmente, lo habrías visto y no lo habrías descartado. Una vez que llegó al poder en 1933, pasaron seis años antes de que Europa se viera abocada a la Segunda Guerra Mundial con la invasión de Polonia y la declaración de guerra del Reino Unido.
Para entonces ya era demasiado tarde para detenerle. Hitler era un hombre solo, aunque el movimiento nazi se originó con otros que eligieron a Hitler como portavoz y más tarde como líder.
Lo que está ocurriendo ahora no es tan sutil como lo fue el movimiento nacionalsocialista en Alemania. Aunque parezca mentira, los alemanes eran más inteligentes y estaban mejor informados, pero también estaban más abatidos que los occidentales de hoy, y eran bastante vulnerables y más receptivos a una figura salvadora. Vivimos en el Mundo Feliz de Huxley, esencialmente atontados para centrarnos sólo en la pequeña pantalla que tenemos a quince centímetros de la cara y cautivados por cualquier tipo de gratificación instantánea.
Como explica el Dr. Mark McDonald, somos un continente de conformistas, cegados por nuestras cómodas vidas. (Perdón por utilizar los términos colectivos "nosotros" y "vosotros" (que sepáis que soy consciente de que la mayoría de las personas que leen esto no está incluidas en este colectivo.)
Hablando del pueblo alemán al comienzo del poder de Hitler, muchos habrían mirado con mala cara y sonreído burlonamente si alguien hubiera empezado una conversación con "este Hitler, tenemos que tener cuidado con él". La mayoría de los alemanes ni siquiera sabía quién era, y mucho menos creía que alcanzaría un poder brutal y sumiría a todo el país en la desesperación.
Sin embargo, antes de esa desesperación, fue el salvador de Alemania. Y una vez que el alemán medio empezó a aceptar su lugar y su poder, empezaron a adorarle. Como he dicho antes, los engañó a todos con jugosas zanahorias, y en aquella época Alemania estaba desesperada por cualquier tipo de zanahoria - casi literalmente, teniendo en cuenta que comprar una costaba un cúmulo de marcos alemanes.
Resulta un tanto complicado comparar lo que está ocurriendo en nuestro mundo ahora con lo que ocurrió en Europa en las décadas posteriores a la Primera Guerra Mundial. Son épocas radicalmente distintas, y las circunstancias son, en muchos aspectos, también radicalmente distintas. Pero que eso no nos lleve a la complacencia y a negarnos a ver las evidentes similitudes.
Una tormenta de otro tipo se cierne definitivamente sobre el horizonte. Puede que sea de otro tipo, pero sin duda es una tormenta, y además malvada, y tiene algunas similitudes fundamentales que no podemos ignorar. No debemos ser como los alemanes de antes ni como la mayoría de los europeos y estadounidenses de mediados del siglo XX. Debemos tomar nota y ser conscientes.
Hay muchas razones por las que Hitler pudo engañar al mundo. Una de las principales razones fue la respuesta de las élites a sus discursos. El tipo les caía bien y encontraban beneficios en su discurso de guerra (que en realidad no empezó hasta la invasión de Polonia, al menos no públicamente).
Esta es una cosa que hace que nuestra situación actual sea parecida a los acontecimientos ocurridos entre 1925 y 1945.
Las potencias del mundo, las corporaciones, los bancos, incluso los gobiernos, no se opusieron totalmente a los planes de Hitler (en gran parte es mi opinión, pero es apoyada por muchas que he leído). Como mínimo le siguieron el juego o, en el peor de los casos, miraron hacia otro lado. Fue complicado, como de costumbre, en realidad probablemente más complicado que lo que estamos viendo hoy en día.
Como mínimo, la confusión y el engaño global preparó el terreno para un montón de pensamientos en blanco y negro. La población mundial, al menos la parte que no estaba tan ocupada tratando simplemente de sobrevivir, estaba en gran parte a oscuras. ¿Os suena familiar?
Como decía en el primer párrafo de este artículo, el pueblo es principalmente demasiado confiado. Creen que los poderosos son sinceros cuando dicen que velan por su bien. A lo largo de la historia se han producido demasiadas contradicciones al respecto.
En realidad, me costaría encontrar algún ejemplo en el que los líderes tuvieran verdaderamente en cuenta a sus súbditos. Al menos los que se hicieron un nombre como líderes.
Puede que hubiera algunos que parecieran hacerlo y que los libros de historia hayan sido benévolos con ellos. Pero siempre existe otra historia.
Los líderes parecen ver a las personas que dirigen como algo distinto a seres humanos adultos. Son niños borregos que no saben lo que es mejor para ellos. Estoy seguro de que existieron algunos líderes que realmente creyeron que eran buenas personas haciendo cosas buenas. Incluso Hitler creía que hacía lo mejor para el pueblo alemán. Lenin sin duda pensaba lo mismo para Rusia.
Lamento hacer tanta referencia a Hitler, pero él y sus nazis son un buen ejemplo de toma de poder autoritaria. Los comienzos de la Unión Soviética ni siquiera son tan intrigantes para servir de ejemplo: la llegada al poder de Lenin y los bolcheviques es bastante interesante por otras razones, como el colapso de un poder imperial inepto y la incorporación del proletariado al que se le engañó para que creyera que se trataba de un autogobierno. Hitler resulta interesante por otras razones.
Hay más que decir sobre este tema, como siempre, pero lo dejaré aquí. Por favor, compartid vuestras opiniones en la sección de comentarios. ¿Por qué creéis que la gente en general confía tanto en su gobierno y en sus líderes o, de hecho, en casi cualquier autoridad?
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Todd Hayen es un psicoterapeuta titulado que ejerce en Toronto, Ontario, Canadá. Tiene un doctorado en psicoterapia profunda y un máster en Estudios de la Conciencia. Está especializado en psicología junguiana y arquetípica. Todd también escribe para su propio substack, que puedes leer aquí.
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Fuente: https://off-guardian.org/2023/04/22/wool-over-our-eyes/
Traducido por Counterpropaganda