Derrotados pero "felices"
Digámosles que es por su propio bien. Por la salud pública, los ancianos, los débiles, los niños, la economía, el empleo, los mercados. Por Europa, la democracia, la libertad, la paz, Occidente. Para luchar contra la contaminación, el calentamiento global y las emisiones de CO2. Por la naturaleza, el ecosistema, para luchar contra el cambio climático. Por la protección de las minorías, por la igualdad, para frenar el retorno del fascismo. Mientras tanto, les quitaremos todo.
Convertiremos los derechos que antes eran intangibles en concesiones limitadas en el tiempo. Implantaremos un sistema de crisis perpetua, entre guerras y pandemias, cristalizando la emergencia en el dictado constitucional. Aumentaremos, con dinero público, el armamento para un conflicto deseado por nuestros amos, perpetuando el sistema de sanciones, en detrimento de los intereses nacionales, en detrimento de un socio económico hasta ayer bienvenido e indispensable. Aniquilaremos lo que queda de la sanidad pública, destruiremos los últimos residuos de la educación y la universidad, con programas demenciales y normas grotescas, confiando en la obediencia ciega de profesores y dirigentes. Revolucionaremos el sistema productivo, mediante la desindustrialización del país y la deslocalización de las grandes empresas. Flexibilizaremos y malpagaremos aún más el trabajo, empobreceremos a las masas para obligarlas a vivir de primas y subsidios, para domesticarlas aún más y atarlas al "Estado". Confundiremos a los jóvenes, minando sus certezas, su familia, su identidad sexual, haciéndoles cada vez más inseguros, atribulados y temerosos. Desataremos, por fin, a los perros del régimen: expertos, periodistas, influencers, presentadores, machacarán con sus megáfonos de propaganda, sin fisuras, sin tregua, sin ninguna vergüenza. Ridiculizarán la disidencia, convirtiéndola en un chiste, con emisiones cutres y debates vulgares.
Finalmente, cuando se queden sin dinero, sin tierra, sin hijos, sin raíces, sin identidad, estarán derrotados, pero "felices", porque no tendrán nada. Si, por desgracia, algún día alguien nos preguntara cómo conseguimos la victoria sin que estallara un grito o un arcabuz, le diremos que en el fondo fue sencillo, sólo tuvimos que decirles que era por su propio bien.
Fuente: https://www.weltanschauung.info/2023/01/sconfitti-ma-felici.html
Traducido por Counterpropaganda