Crónicas después de la Pandemia
"Con el tiempo nos dimos cuenta de que, temiendo nuestra mortalidad, estábamos perdiendo nuestras vidas."
Capítulo 1 - La Solicitud
Martes 7 de junio del 42 DP (Después de la Pandemia), el ciudadano 38643 decidió solicitar permiso para dar un breve paseo fuera de su celda de aislamiento permanente.
Después de todo, era su cumpleaños y el Ministro de Salud Global le otorgaría magnánimamente este permiso especial una vez en la vida.
Nunca había estado fuera desde que dejó la sala de maternidad y fue llevado a la celda de su madre 2 años después de la gran Pandemia que cambió el mundo para siempre.
Las Leyes Mundiales de Salud permitían que un bebé recién nacido pasara los primeros 3 años de vida con su madre y sus peligrosos gérmenes.
Después, cada niño era llevado a una institución educativa aséptica.
Cada niño tenía que comenzar la vida en aislamiento.
Una pequeña celda de 6 metros cuadrados habría sido el horizonte oficialmente disponible para todos los ciudadanos.
Los nombres habían sido abolidos poco después de la gran P, ya que los científicos descubrieron cuán peligrosos eran. Se había demostrado que nombres simples como John, Paula o Luke tenían que ser prohibidos y reemplazados por números aleatorios.
Los números no tienden a socializar como lo hacía la gente en el viejo mundo.
Los niños tenían que aprender tres reglas básicas, que acompañarían sus vidas para siempre.
Cada celda tenía pantallas grandes que repetían las reglas básicas.
1
El virus todavía está ahí afuera.
2
El contacto humano es peligroso.
3
El Gobierno Global te cuida
El ciudadano 38643 completó su solicitud y empezó a esperar lo mejor. Las autoridades responderían en un plazo de 24 horas.
Capítulo 2 - La espera
El ciudadano 38643 había vivido toda su existencia en el respeto absoluto e incondicional de las tres reglas básicas.
Nunca se había cuestionado y sus días se repetían impertérritos y monótonos en la seguridad de su aislamiento. Esa mañana abrió los ojos unos minutos antes del habitual anuncio de la Autoridad Sanitaria Mundial.
"Buenos días ciudadanos, son las 6:30 HGS (Hora Global Sanitaria).
Comencemos el programa de despertar saludar con un mensaje de nuestro querido Presidente Planetario, el Doctor Ciudadano 1.
Querido ciudadano, toda la humanidad necesita tu completa cooperación.
A pesar de nuestros esfuerzos por proteger tu salud y la de todos nuestros amados hijos, el peligro sigue ahí fuera. El terrible virus aún no ha sido erradicado, pero no temas. Seguimos trabajando en la búsqueda de una vacuna. Nuestros científicos han declarado que una cura debería estar lista antes de que termine el año 43 DP".
Al anuncio le seguían 5 minutos de escalofriantes imágenes que detallaban los terribles efectos del Enemigo global e invisible.
Para concluir, se les recordaba a todos los ciudadanos que su buen comportamiento sería pronto recompensado con un viaje especial organizado por las Autoridades para los más merecedores.
A nadie se le permitía conocer el destino del viaje. La única certeza era que los afortunados elegidos podrían dejar su celda aséptica durante 24 horas.
El ciudadano 38643 había completado la solicitud 15 veces en los últimos 20 años.
Por desgracia, siempre se le había denegado y él entendía la razón de ello.
En el año 35 DP, por ejemplo, no se había levantado de su cama aséptica en los 30 segundos requeridos por la Ley Global después del comienzo del anuncio de la mañana, ¡tres veces!
Estaba muy avergonzado de su grave falta y se prometió a sí mismo convertirse en un ciudadano ejemplar. El Ciudadano 1 estaba al tanto de todo y sin duda le recompensaría esta vez.
A las 7:30 HGS, la pantalla le ordenó que empezara a trabajar por el bien de la sociedad.
Ese día, se le dio una tarea muy importante para la Salud Planetaria:
producir al menos 10 frases que describieran adecuadamente los peligros de los que el aislamiento le protegía al mundo.
Decidió dar lo mejor de si y tratar de producir por lo menos 20 frases.
Esta vez estaba seguro. Pronto podría salir de su celda.
Capítulo 3 - El Mensaje
El ciudadano 38643 estaba ansioso. La decisión de la Autoridad Sanitaria Mundial estaba tardando más de lo debido. Estaba casi seguro de que esta vez sería elegido, pero no podía dejar de pensar que tal vez sus esfuerzos por convertirse en un ciudadano modelo no serían suficientes para merecer el premio.
Trató de concentrarse en su trabajo. Tenía que escribir al menos diez frases de alabanza sobre el Ciudadano 1. Era una tarea que ya había hecho miles de veces durante su vida solitaria, sin embargo, ese día, no podía hacer su Esfuerzo Patriótico.
Miraba la pantalla de su celda y el micrófono en el que se suponía que debía dictar las palabras. Durante los años de su educación, se le había explicado que, en la antigüedad, las personas todavía usaban sus manos para escribir, pero que esto había sido prohibido para proteger la Salud Pública. Un buen ciudadano tenía que evitar tocar cualquier objeto.
Las Tres Reglas Básicas aparecían cada 15 minutos, leídas por una voz perentoria y seguidas de imágenes del Cruel Enemigo Invisible. Nunca había visto nada más en esa pantalla excepto órdenes para las tareas diarias y anuncios sobre el Premio Especial Anual.
De repente, aparecieron imágenes completamente inesperadas y escuchó una voz desconocida, que hablaba de una manera peculiar.
Un hombre llevaba una máscara cubriéndose la cara y diciendo:
"Nos dijeron que nos tenían que quitar la libertad para proteger la salud pública y evitar la propagación del virus. Nos dijeron que sólo duraría un par de semanas.
Nos dijeron muchas cosas espantosas y los aplaudimos.
Con el tiempo, nos dimos cuenta de que una vida en aislamiento permanente no valía la pena y que quizás la cura era peor que la enfermedad.
Después de 7 meses intentamos salir y protestar, pero era demasiado tarde.
El ejército nos atacó con violencia. La mayoría de nosotros fuimos detenidos y llevados en procesión por las calles desiertas de la ciudad, atados y con los ojos vendados, para hacer un ejemplo de nosotros.
La gente en aislamiento nos observaba por las ventanas de sus casas y empezó a insultarnos y a exigir un castigo ejemplar.
Todos los derechos civiles han desaparecido, pisoteados por los Decretos de Emergencia Nacional.
Me las arreglé para huir y estoy en un lugar seguro, escondido y perseguido por la policía. No sé cuánto tiempo podré aguantar sin comida o un lugar donde encontrar más.
Tengo un mensaje para todos. Nos están mint..".
El video se detuvo y desapareció de la pantalla, como si nunca hubiera existido.
El ciudadano 38643 estaba muy alterado por lo que acababa de ver. No sabía qué hacer. Nadie lo había preparado para tal experiencia y no tenía instrucciones al respecto.
Mientras tanto, había llegado el momento de la Vacuna Alimenticia del mediodía. Una tableta hiperproteica cayó de un tubo en el techo de su celda. La ingirió tal como le habían enseñado y continuó con su Trabajo Patriótico.
Capítulo 4 - La mutación
La ansiosa espera del ciudadano 38643 llegó finalmente a su conclusión.
Inmediatamente después de las tres Reglas Básicas, su pantalla le mostró un anuncio insólito:
"Queridos ciudadanos, los científicos de la Autoridad Sanitaria Mundial han descubierto que el Enemigo Invisible ha logrado mutar y volverse aún más patógeno.
Las posibilidades de supervivencia son casi nulas para cualquiera que abandone la Seguridad del Aislamiento Sagrado y Justo.
A partir de hoy y hasta el descubrimiento de una nueva vacuna, el Premio Anual se cancelará para proteger la Salud Pública.
El Ciudadano 1 te ama y te protege".
El triste anuncio fue seguido por horribles imágenes de los efectos del cruel Virus después de la Mutación.
Ese día la Autoridad otorgó a cada ciudadano una doble ración de la vacuna alimenticia. El menú premio incluía, además de la usual píldora hiperproteica, un fuerte sedativo.
El ciudadano ingirió ambas, sin conocer su contenido, y se quedó profundamente dormido unos minutos después.
Se despertó sudando en medio de la noche, mucho antes del despertar obligatorio.
El ciudadano 38643 casi nunca soñaba. La vacuna diaria contenía un fuerte inhibidor del sueño. Sin embargo, esa noche, había soñado.
Había soñado con que estaba fuera de su celda de aislamiento. Había soñado con descubrir lo que estaba oculto más allá de los pocos metros cuadrados a su disposición. No tenía imágenes precisas en su mente. Por otro lado, nunca había estado fuera y su pantalla nunca le había mostrado el mundo.
Saboreó su sueño durante unos minutos, después de lo cual las palabras del extraño videomensaje que había recibido un par de días antes reaparecieron en su mente:
"Nos están mint..."
No entendía el significado de la frase. Mientras pensaba en ello, se volvió a dormir.
Capítulo 5 - El Control Sanitario
El ciudadano 38643 dormía profundamente en su cama aséptica, bajo la manta protectora antivirus.
De repente oyó el molesto sonido de una sirena que interrumpió su descanso.
"Ciudadano, el Enemigo Invisible es cada vez más peligroso. Esta peste debe absolutamente ser controlada para proteger a la raza humana de la extinción.
La Autoridad Sanitaria Mundial ha decretado que todos deben someterse a un nuevo Reconocimiento Médico Obligatorio.
El microchip dentro de tu cavidad oral debe ser reemplazado por uno nuevo y más resistente a la terrible Mutación.
El nuevo chip nos permitirá controlar mejor tu resistencia al Nuevo Peligro y proporcionarte el Tratamiento necesario.
Será una operación inofensiva.
Quédate en tu lecho y abre la boca. Al final del procedimiento serás sedado y no recordarás nada.
El Ciudadano 1 te ama y te protege".
Él obedeció como le habían enseñado, sin miedo y con total confianza.
La Autoridad sólo quería su bienestar y el de todos.
Abrió la boca y esperó inmóvil.
Un Micro Dron Medico entró a su celda a través de una grieta en el sistema de ventilación y completó la operación en cuestión de minutos.
Como prometido, se durmió profundamente al final del procedimiento.
Despertó tras 36 horas. La alarma obligatoria se había reprogramado para permitir que su cuerpo asimilara la operación y el chip transmitiera toda la información recogida a las autoridades.
Cuando el paciente desprevenido abrió los ojos, una luz de alarma parpadeante se encendió en la pantalla del Controlador de Salud 97436, que estaba realizando su Trabajo Patriótico en su celda a miles de kilómetros de distancia.
La luz señalaba una infracción muy grave.
"Alarma: el ciudadano 38643 ha soñado. Corregir el tratamiento inmediatamente."
Capítulo 6 - Regreso al pasado
Era el año 2030 y las numerosas pandemias de la última década habían cambiado significativamente la sociedad y la forma en que la gente actuaba.
Todo había comenzado diez años antes, con la primera pandemia televisada del mundo y las respuestas de los gobiernos a la grave crisis.
Lo que había comenzado con medidas restrictivas temporales para proteger la salud pública y evitar la propagación de enfermedades, pronto se había convertido en la nueva normalidad.
Cuando las primeras libertades fueron abolidas, las poblaciones aterrorizadas por el cruel Enemigo Invisible aplaudieron en masa.
Salir de sus casas era realmente peligroso y las autoridades hacían todo lo posible para proteger a los vulnerables.
Las escuelas, cerradas al principio de la crisis, nunca fueron reabiertas. Los gobiernos se dieron cuenta de que todos los recursos públicos asignados a las aulas podían utilizarse para otros fines. Los niños siguieron recibiendo su educación e interactuando con los maestros con total seguridad, en casa y gracias a una ordenador.
Lo mismo ocurrió con muchas profesiones. Cualquier trabajo que no requiriera salir se seguía haciendo desde casa, de forma inteligente.
Con la expansión de una red informática superrápida y tecnologías cada vez más sofisticadas, las oficinas pronto se convirtieron en un recuerdo lejano.
Los que realizaban funciones que se consideraban esenciales y no podían realizarse frente a una pantalla, seguían arriesgando sus vidas y saliendo durante los primeros años, pero pronto fueron reemplazados por máquinas.
En 2028, después de la cuarta pandemia del decenio, toda actividad exterior y todo contacto humano fuera de la familia mas cercana fueron prohibidos por ley por todos los gobiernos. Las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud aplaudieron esta valiente decisión.
Las naciones, debilitadas por años de crisis económica y social, decidieron unirse en grandes bloques continentales y abolir las constituciones nacionales. Su soberanía fue transferida a las autoridades sanitarias, con el apoyo y el patrocinio de la Nueva Organización Global de la Salud.
En 2029 se aprobó la primera Constitución Mundial Sanitaria, que declaró que la Salud era el único Derecho y Deber de todo ciudadano.
Hubo numerosas protestas en algunas partes del planeta, sin embargo, las autoridades sanitarias y la Nueva Policía Global pudieron cortarlas de raíz y castigar debidamente a los rebeldes.
El Nuevo Mundo estaba a punto de nacer y ningún hereje podía oponerse a él y poner en peligro la Sagrada Salud Pública.
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Escrito por Counterpropaganda en Marzo 2020